Nicolás
Jarque Alegre
El
viento primaveral, que baja feliz del Puerto del Pontón, acaricia
las campanas de Nuestra Señora de las Nieves, provocando un tañido
dulce. Un repicar solo perceptible para oídos avezados, que reclama
la presencia de los paisanos que han de reunirse. Así, llegan desde
la Majada de Vegabaño, la Senda del Arcediano, del pueblo, León,
Madrid e incluso desde México y otros rincones los miembros del
concejo de Sajambre. A medida que van apareciendo por la iglesia, los
convocados se reencuentran con besos, abrazos, nostalgias
compartidas… Una algarabía que solo se detiene cuando el silencio
absoluto coloca a cada uno en su sitio. Entonces, se cierran las
puertas de la parroquia y Adán, el más longevo de todos, abre la
sesión.
Tiempo
después, mucho o poco según a quién se le pregunte, el concejo
determina, como en años anteriores, el tema para el concurso de
relatos «Leonardo Barriada», eligiendo para esta tercera edición,
precisamente, el concejo y, además, acuerdan mantener la campaña
infalible de sueños bucólicos para influir en los organizadores. De
esta manera, tras numerosos vítores a Soto, se clausura el concejo y
las almas se van despidiendo hasta al año próximo, si Dios quiere.
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